El cloud ha revolucionado la empresa de formas imposibles de imaginar hace tan solo unos años. Como las compañías de taxis (o de transporte de pasajeros) que no poseen vehículos. Los proveedores de alojamiento que no poseen inmuebles. Los minoristas sin inventario. Los sitios de medios de comunicación que no producen contenidos. O las compañías de servicios de cloud empresariales que no tienen servidores. El cloud ha permitido a muchas empresas acceder a nuevos mercados no solo haciendo cosas de forma diferente, sino también haciendo cosas diferentes.
Se están vislumbrando ya cambios aún más profundos, desde los vehículos sin conductor que poblarán las carreteras en los próximos 10 años hasta dispositivos inteligentes que entrarán en nuestros hogares para supervisar nuestra salud y seguridad. Pero hay algo que sabemos con seguridad: el cloud continuará siendo el lazo que une las capacidades empresariales con las tecnologías, desde el Internet de las cosas hasta los modelos digitales como servicio, pasando por la computación cognitiva, la biométrica o la realidad aumentada entre otras. El cloud es un catalizador y un conector y seguirá siendo un motor fundamental de innovación y crecimiento.
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