Superar la incertidumbre en la nueva era del viaje
Septiembre 21, 2020
Septiembre 21, 2020
¿Cuándo podrá recuperarse el sector? “La perspectiva es incierta”, reconoce Miguel Flecha, responsable de la industria de Travel & Hospitality en Accenture para Europa. “Dependerá de la llegada de una vacuna eficaz y que pueda distribuirse de manera masiva. Pero hay otros factores importantes a considerar como la confianza de los consumidores, la actuación de los gobiernos o incluso la economía global”. Para él, “la incertidumbre no debe ser una razón para pararse, sino todo lo contrario: el sector turístico tiene una gran oportunidad de transformarse”.
¿Y cómo se produciría esta trasformación? El experto apuesta por tres áreas principales:
Viajar puede ser tan simple como ir del punto A al punto B o tan amplio como disfrutar de la aventura de tu vida. Tradicionalmente, el turismo ha sido uno de los segmentos más importantes de la economía mundial. Pero en 2020 hemos asistido a un hundimiento de la demanda como consecuencia de la COVID-19. El futuro de la industria está en el aire. Los líderes deben tomar decisiones críticas en un territorio inexplorado. No hay cabida para mirar atrás, solo hacia delante.
Viajar, tal y como lo conocíamos, no volverá. Ahora, puede ser mejor que nunca.
Las compañías miran hacia la recuperación post-pandemia, aunque hay todavía gran incertidumbre. Nadie sabe a ciencia cierta cuando el virus será contenido, cuando el consumidor volverá a recuperar la confianza, o cómo la demanda volverá a desarrollarse. Es posible que los viajes no vuelvan a ser lo que fueron, pero estamos ante el inicio de una nueva era.
La pregunta que ahora mismo debe plantearse un líder es: ¿cómo estoy respondiendo a esta nueva realidad? Ni que decir tiene que hay que seguir ocupándose de la gestión diaria de la empresa. Hay que administrar costes con precisión, asignar precios a los productos correctamente e invertir en los activos necesarios en el momento adecuado. Todas estas acciones son imprescindibles para sobrevivir.
Sin embargo, hay prácticas ganadoras que van más allá de estas acciones básicas. Se trata de acciones de siguiente nivel con las que las empresas de viajes pueden responder a la crisis y prepararse para cualquier imprevisto. Pueden marcar la diferencia entre esperar a que pase el virus y aprovechar la oportunidad que se le presenta a la industria. Estas acciones se basan en varios pilares clave:
Teniendo en cuenta las actuales limitaciones de efectivo, recursos y capacidad, pocas empresas de viajes podrán dedicar la misma energía a todas estas áreas. Para conseguir impulso (y resultados) es necesario tener claras las prioridades. De hecho, el ritmo y la secuencia de estas actuaciones dependerá de cómo los líderes vean el futuro. Y, como no existe una bola de cristal, no hay más remedio que moverse en el terreno de las hipótesis.
Para ayudar a la industria del turismo a gestionar esta incertidumbre, hemos delineado cuatro proyecciones para los viajes. Estos escenarios se basan en un análisis de datos propios de Accenture e información de dominio público. No son inequívocos, pero reflejan potenciales situaciones y consecuencias de factores externos que influyen en la demanda global de viajes:
Las empresas de viajes deben actuar de forma distinta -marcarse prioridades diferentes- en cada uno de estos escenarios. Ahora, la decisión está en su mano: ¿Qué escenario futuro del viaje comenzará a planear hoy?
Las empresas de viajes actuan para aprovechar el estallido de la demanda reprimida que en 2022 vuelva a los niveles de 2019.
Como el resto del mundo, las empresas de viajes aprenden a convivir con el virus y los viajes se recuperan poco a poco.
Ante la inestabilidad permanente, las empresas se centran en las áreas en las que sigue habiendo demanda para sobrevivir. Algunas no lo consiguen.
La industria cae en picado ante la imposibilidad de controlar el virus y las empresas deben transformar sus modelos de negocio. Muchas no lo consiguen.
Los cuatro escenarios muestran distintas fotos de recuperación. Descubre las acciones prioritarias que la industria turística debe activar en cada uno.
SIGUE LEYENDORecuperación sustancial: El volumen global de pasajeros vuelve en 2022 a los niveles de 2019.
Coexistencia colectiva: El volumen global de pasajeros se aproxima en 2023 a los niveles de 2019, pero sigue siendo un 20 % inferior y obliga a una considerable reducción de capacidad en toda la industria de viajes.
Caos en el mercado: La industria continúa creciendo en los próximos años, pero lo hace lentamente y el volumen de pasajeros en 2023 es solo la mitad que en 2019.
Tiempos oscuros: El volumen global de pasajeros de avión es solo una quinta parte de los niveles de 2019.
Recuperación sustancial: La industria de las aerolíneas vuelve a la senda del crecimiento a nivel de EBIT, generando el efectivo suficiente para amortizar las deudas contraídas en los peores momentos de la crisis.
Coexistencia colectiva: Las líneas aéreas tienen problemas para conseguir beneficios y siguen perdiendo dinero durante varios años, aunque cada vez menos. Es importante reducir costes para garantizar la viabilidad.
Caos en el mercado y tiempos oscuros: Sin el constante apoyo de los gobiernos y/o cambios radicales en la industria, las líneas aéreas siguen teniendo enormes pérdidas (en distintos grados) y son difícilmente sostenibles.
Recuperación sustancial: Los hoteles vuelven en 2022 a los niveles de ocupación y rentabilidad de 2019.
Coexistencia colectiva: Gracias a un punto de equilibrio más factible que el de las líneas aéreas y a un aumento constante de la demanda, los hoteles consiguen un beneficio modesto en 2021. Sin embargo, se necesitan algunos años más para tener una rentabilidad estable. Hasta entonces es necesario reducir costes.
Caos en el mercado y tiempos oscuros: Aunque se siguen haciendo viajes a nivel regional, la pérdida de la mayor parte de los viajes de trabajo golpea con fuerza a los hoteles en ambos escenarios. La industria en su conjunto sufre grandes pérdidas durante varios años y el impacto es desigual. Los hoteles más orientados al turismo siguen funcionando bien, pero los que se dedican a negocios, congresos y localizaciones convenientes para captar viajeros (aeropuertos, grandes autopistas) tienen graves problemas.