La necesidad agudiza el ingenio. Por eso la innovación se ha acelerado a una velocidad sin precedentes y a una escala nunca vista durante la pandemia de COVID-19.
La evolución de la experiencia del consumidor en sanidad y ciencias naturales ha sido lenta, tanto para pacientes y cuidadores como para investigadores y profesionales de la salud. Pero la avalancha de innovación y experimentación iniciada por el COVID-19 e impulsada por la tecnología está acelerando cambios que comenzaron hace ya algún tiempo. Un componente importante de esos cambios es la buena disposición a aceptar nuevos modelos de selección, diagnóstico, tratamiento y cuidado, tanto entre los profesionales de la industria como por parte de los consumidores.
Las tendencias, ahora amplificadas y aceleradas, que están impulsando esta transformación se pueden dividir en dos categorías.
Tendencias humanas:
Se está produciendo una consumerización generalizada de la sanidad, impulsada por dispositivos cada vez más sofisticados y con tecnología relativamente económica y asequible para el consumidor. Esto conlleva nuevas expectativas: facilidad de uso, comodidad, portabilidad, seguridad y una orientación al individuo antes que al sistema y sus procesos, muchos de ellos anticuados. La atención virtual es cada vez más habitual y pronto será el método preferido de interacción para pacientes, cuidadores y profesionales de la salud. También se aprecia cada vez más la importancia de los hábitos saludables para mejorar los resultados sanitarios.
Tendencias organizativas:
La tecnología digital se ha convertido en algo básico para una organización. Las tecnologías sofisticadas son cada vez más económicas y asequibles, lo que favorece la innovación. El ecosistema sanitario está cambiando con la aparición de nuevos competidores, nuevos disruptores digitales y nuevas formas de colaboración. Sin embargo, las industrias de sanidad y ciencias naturales tienen que hacer frente a un dilema de confianza y transparencia, así como al eterno problema de cómo convertir los datos en información útil que pueda generar resultados positivos. La atención a los determinantes sociales de la salud también está produciendo un cambio de opinión que se refleja en políticas y normativas.