Según una investigación llevada a cabo por Accenture, si las soluciones móviles se centraran en atender a pacientes con enfermedades crónicas, EE. UU. podría llegar a ahorrar más de 23.000 millones de dólares; lo que supondría un ahorro de entre 2.000 y 3.000 dólares al año por enfermo.1 No cabe duda de que la salud móvil ya ha llegado. Los pacientes la quieren y los médicos deberán proporcionarla.
El auge de los smartphones, portátiles, tabletas y otros dispositivos móviles ha abierto nuevas vías de acceso a la atención sanitaria. Si se desarrolla de forma adecuada, la salud móvil permitirá que esta atención se reciba a un coste más bajo y de manera más rápida. No obstante, como sucede con cualquier otra moda que involucre a la tecnología, evoluciona a gran velocidad y cambia con el transcurso de los días. Aquellos que deseen aprovechar al máximo esta oportunidad deberían unirse a los programas de salud móvil lo antes posible. De lo contrario, no podrán disfrutar de sus beneficios.
1 Según un análisis y recopilación de datos de un estudio inicial de soluciones de control en el mercado llevados a cabo por Accenture.
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