COVID-19 hat sich in kürzester Zeit zu einer globalen Krise entwickelt. Regierungen und Unternehmen sind aufgefordert, Sofortmaßnahmen zum Schutz von Bürgern und Mitarbeitern zu treffen.

Selbstquarantäne. Social Distancing. Unklare Infektionswege. Diese Begriffe sind mit der globalen COVID-19-Pandemie alltäglich geworden. Neue Verhaltensweisen und Gewohnheiten sind entstanden, die wohl bleiben werden, wenn die Krise längst vorüber ist.

Para los clientes, el impacto más inmediato es el miedo. Miedo no solo por su salud, sino ante el posible impacto económico.

Y, aunque la magnitud del impacto económico es todavía incierta, tanto las organizaciones B2C como las B2B siguen trabajando para satisfacer las necesidades más inmediatas de sus mercados.

En particular, las empresas que han considerado el comercio digital como un canal secundario ahora deben reorientar, con mentalidad digital, cada aspecto de su negocio. Es la oportunidad de redoblar la apuesta por el e-commerce, ampliando el offering y creando nuevas líneas de servicio.

Si bien nos encontramos ante una oportunidad para aumentar los ingresos, atraer nuevos clientes e impulsar un cambio en los canales, gestionar con éxito la situación dependerá de que los canales digitales cuenten con las capacidades y la escala necesarias para absorber el impacto.